Por: Patricio Altamirano Arancibia, 8 de noviembre del año 2025.
Si revisamos la columna sobre la película Mesías, encontraremos que ambas producciones de alto perfil, junto a Una Casa Llena de Dinamita, a pesar de operar en géneros muy diferentes —el thriller geopolítico frente al drama religioso-político—, comparten una ambición narrativa profundamente subversiva, enmarcada en un negocio cinematográfico en el límite de lo posible. Su estrategia es idéntica: utilizar un catalizador externo masivo y un final ambiguo para socavar la confianza en el statu quo político, convirtiéndose en un negocio sumamente rentable por su capacidad de generar debate.
En Mesías, el catalizador es la llegada de Al-Masih, una figura mística que desafía el poder religioso y gubernamental de manera frontal. En el filme de Kathryn Bigelow, este papel lo toma el misil nuclear de origen desconocido. Bigelow, la aclamada directora ganadora del Oscar por The Hurt Locker y conocida por su habilidad para manejar la tensión bélica con rigor documental y crítica a las instituciones de poder, utiliza este artefacto para un fin muy preciso. En ambos casos, el verdadero antagonista no es la amenaza en sí misma, sino el sistema de control que se revela incapaz de manejar la ambigüedad y la crisis. El enemigo que Bigelow identifica no es un país extranjero, sino el sistema global de disuasión nuclear que la humanidad ha construido colectivamente, condenándonos a la parálisis. De manera similar, Mesías apunta a la fe ciega y la rigidez institucional.
El Doble Juego de la Productora: Arte y Mercado
Es crucial entender que este tipo de producciones, lanzadas en plataformas de streaming globales, operan con una doble moral:
- La Visión del Artista: Representada por Bigelow, que busca un cine de tesis que utiliza el thriller para la crítica social.
- La Estrategia de la Productora: El éxito de estos proyectos reside en la capacidad de la productora (con lazos en la industria tradicional de Hollywood y ahora en el streaming) para comercializar la controversia. El cliffhanger político es, para el mercado, una garantía de viralidad y la posible justificación de una secuela o serie derivada, lo que rentabiliza el riesgo creativo.
La productora sabe que, al igual que ocurrió con Mesías, el drama humano, el alto riesgo y la carga política explícita atraen audiencias masivas. El hecho de que Una Casa Llena de Dinamita se haya convertido en la película más vista de Netflix no es solo un triunfo de Bigelow, sino la validación de un modelo de negocio que monetiza la paranoia política global.
La Función del Final Abierto: Sentencia Política
Aquí reside el mayor paralelismo y la clave de la «traición narrativa» que se plantea. En lugar de ofrecer una resolución —ya sea la divinidad de Al-Masih o la decisión final del presidente de EE. UU. (interpretado por Idris Elba)—, ambas narrativas se interrumpen abruptamente, negándose a dar una respuesta cómoda. Este cliffhanger no es un fallo, sino una decisión política intencional con un beneficio dual:
- Traspasar la Carga Moral (Arte): El final abierto funciona para transferir la responsabilidad moral de la decisión nuclear (el holocausto o la rendición) directamente al espectador. Bigelow fuerza a la audiencia a confrontar su propia postura sobre la disuasión, dejando la crisis sin resolver.
- Garantizar el Debate (Mercado): Al igual que Mesías fue diseñado para mantener un debate perpetuo sobre la fe en la era moderna, Una Casa Llena de Dinamita asegura que la discusión sobre la fragilidad nuclear y la respuesta militar nunca cese. El final es una parálisis existencial que refleja el caos en el corazón del poder.
El misil termonuclear actúa como la «Lectura en Frío» de Al-Masih: una amenaza externa tan poderosa que expone las verdades íntimas y la falta de preparación moral del gobierno. El genio de Bigelow radica en usar el suspense no para el entretenimiento, sino como una herramienta para la crítica sociopolítica, demostrando que el final sin respuesta es la respuesta más subversiva posible.
🗣️ Preguntas para el Debate (¡Te toca a ti!)
- Considerando el clima político actual (2025): ¿El final abierto de la película es un acto de genio cinematográfico que promueve la reflexión, o una cobardía narrativa diseñada para evitar una toma de posición política clara?
- Sobre el Antagonista Invisible: ¿Cree usted que el enfoque «moralmente neutro» de Bigelow, que no asigna culpas, funciona para criticar el sistema o simplemente lo justifica como un mal necesario inherente al poder?
- El Poder del Catalizador: El misil termonuclear actúa como la «Lectura en Frío» de Al-Masih. ¿Puede una amenaza externa ser tan poderosa como para exponer las verdades íntimas y la falta de preparación de un gobierno?
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