Patricio Altamirano Arancibia, 6 de noviembre del año 2025
La elección de Zohran Mamdani como alcalde de Nueva York, celebrada el 4 de noviembre de 2025, fue rápidamente presentada por los medios de comunicación hegemónicos como una victoria contundente de la izquierda progresista del Partido Demócrata.
Esta narrativa del «Triunfazo» de Mamdani se vio reforzada por titulares como el de la BBC: «Sube el volumen»: el socialista demócrata Zohran Mamdani desafía a Trump tras obtener un histórico triunfo en las elecciones de Nueva York y el de The New York Times: “Zohran Mamdani gana las elecciones y será el primer alcalde musulmán y sudasiático de Nueva York”.
Este relato fue especialmente importante para El País, que destacó la movilización en ciertos grupos demográficos, señalando que Mamdani ganó entre casi todos los grupos raciales (ej., 59% de asiáticos, 62% de jóvenes). Sin embargo, es crucial recordar que estos abultados porcentajes se refieren solo a los votos emitidos, resultando ínfimos al contrastarlos con el padrón total.
Mientras la prensa estadounidense (incluyendo Fox News y Yahoo) lo identifica explícitamente como la «extrema izquierda demócrata» y un «socialista» que se impuso al establishment demócrata (al derrotar a Cuomo), la prensa internacional de izquierda radical (como Granma de Cuba o la prensa China) optó por el silencio, evitando convalidar la victoria de un establishment capitalista.
Ante esto, parecería que no queda más opción que reconocer que fue un triunfo arrollador. Los medios construyen una realidad aparentemente irrebatible. Sin embargo, un análisis riguroso de los números revela una realidad incómoda, una que desinfla el relato dominante: el verdadero triunfador fue la apatía y el profundo descontento, conocido como «Rechazo Cívico». Este fenómeno, que engloba la abstención masiva, el voto nulo y el voto blanco, es el síntoma de una profunda y creciente crisis de representación.
I. La Debilidad del Mandato Numérico: Una Victoria Frágil
Mamdani se impuso con una mayoría estrecha dentro del voto válido (50.8% frente al 49.2% de la oposición), una cifra que devela la fragilidad de su mandato, pues no logró una mayoría absoluta contundente. Además, el total de votos emitidos (1.994.371) apenas representó el 39.1% del Padrón Electoral Activo, demostrando la masividad de la no participación. Todo esto fragiliza su victoria.
Esta perspectiva se vuelve ineludible al analizar la distribución total de los electores registrados:
- Mamdani solo obtuvo el 20.3% del Padrón Electoral. Esto significa que, de cada diez neoyorquinos habilitados, apenas dos le brindaron su apoyo.
- En contraste, el «Rechazo Cívico» concentró un abrumador 63.4% de los electores.
Esta desproporción condena al nuevo alcalde a un mandato intrínsecamente debilitado, pues asume el control con el respaldo de una minoría. La votación de la oposición (el 49.2% restante), que canalizó el voto del centro-demócrata (Andrew Cuomo, 42.0%) y el conservadurismo republicano (Curtis Sliwa, 7.2%), demuestra que la división de la base activa fue el factor decisivo, no la contundencia del proyecto ganador.
II. La Orfandad Programática: El Motor Ideológico de la Abstención
El alto nivel de abstención se califica inicialmente como un desinterés, desestimando que, para muchos, es un acto consciente de no sentirse representados por las opciones disponibles. Mi interpretación es que una porción significativa de este 63.4% representa un acto político de desafección ideológica.
Para defender esta hipótesis de orfandad contra la crítica de simplificación ideológica, asumo una visión dual de la composición social del voto:
- Voto de Élites (Alineación Utilitaria): Las clases altas tienden a votar más, alineadas con las posturas del Partido Demócrata y Republicano. Esta élite utiliza de forma utilitaria a los alcaldes: apoya a los Republicanos por la seguridad y a los Demócratas para evitar la rebelión social, transitando entre uno y otro sin problemas. Ante esto, un crítico me pediría datos específicos de cómo votaron los códigos postales de altos ingresos en 2025; yo replicaría que la falta de publicación de esa información impide validar plenamente la hipótesis del «voto utilitario de élite» y exige transparencia.
- Orfandad de las Mayorías (Definición Robusta de Izquierda): En contraste, los sectores populares y las minorías, que se encuentran en los barrios donde el «Rechazo Cívico» alcanza su máxima expresión, están en un estado de orfandad programática. Acá utilizo una definición robusta de «Izquierda», como anticapitalista, una ideología que se esfumó tras la caída del Muro de Berlín y cuyo socialismo carece de ideología de reemplazo efectiva. Ante la crítica de que esta «Izquierda robusta» es un anacronismo político, señalo el Estado de Kerala (India), gobernado por una izquierda robusta, y el modelo de Luxemburgo, donde el capitalismo en su máximo desarrollo limita con el socialismo.
Mi hipótesis es que, pese a que el Partido Demócrata (e incluso sus variantes progresistas) se presenta como la «izquierda», muchos electores perciben que sus propuestas no plantean una ruptura real con la lógica fundamental del sistema capitalista y financiero que domina Wall Street y que profundiza la desigualdad en Nueva York. Esto se refuerza por la incapacidad de esta «izquierda radical» de crear vehículos políticos propios y actuar, en cambio, dentro de la estructura de un partido percibido como inherentemente capitalista, limitando su credibilidad transformadora.
El Voto como Rechazo: La abstención se convierte en una declaración de principios: es el rechazo a tener que elegir entre opciones que, para el elector popular, son variaciones de lo mismo. El ciudadano prefiere no legitimar el proceso antes que respaldar fuerzas que, a sus ojos, se visten de izquierdismo, pero terminan priorizando la estabilidad capitalista.
Autocrítica Metodológica: Es vital reconocer que esta es una interpretación analítica y una hipótesis en contraste con la realidad. Un lector crítico podría argumentar que la causa dominante es la apatía logística o la baja movilización tradicional de las elecciones municipales en EE. UU., y no necesariamente un rechazo ideológico tan consciente. No obstante, este análisis se centra en la porción del abstencionismo que es políticamente activa.
Este sentir se vio reforzado por decisiones institucionales, como la prohibición judicial, a inicios de 2025, de la ley que habría permitido votar a unos 800.000 residentes no ciudadanos. Al negarle la voz electoral a activistas y residentes de larga data, el sistema contribuyó activamente a la sensación de exclusión y orfandad, fortaleciendo el «Rechazo Cívico».
III. Un Fenómeno Global
La victoria de Mamdani es una seria advertencia sobre la crisis de legitimidad. No basta con ganar por un margen estrecho; la única forma de consolidar un mandato con verdadera fuerza y recuperar a los seis de cada diez que se marginaron es presentando un proyecto que aborde de manera frontal la raíz de la desigualdad.
Esta dinámica de desconexión entre el establishment político y las mayorías es un fenómeno global. En Chile, por ejemplo, el rechazo a sistemas económicos percibidos como injustos (como las AFP), ha impulsado en momentos clave una demanda de cambios estructurales, independientemente de la filiación del gobierno de turno. En Nueva York, el 63.4% de rechazo cívico es el indicador más claro de que el problema no reside en quién ganó, sino en que el sistema de representación dejó de funcionar para la gran mayoría.
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