La decisión de excluir a Daniel Jadue del padrón electoral para las elecciones de noviembre y diciembre ha levantado una fuerte polémica, y muchos la han calificado como una medida de «lógica ibañista». Pero, ¿qué significa realmente esta expresión y por qué se asocia a Carlos Ibáñez del Campo?
La respuesta se encuentra en un capítulo oscuro de la historia de Chile. Ibáñez, un militar que llegó a la presidencia en 1927, consolidó su poder persiguiendo a sus opositores, exiliando y encarcelando a líderes políticos, y, lo más importante para este debate, excluyendo del padrón electoral a los militantes del Partido Comunista y sus aliados. Su objetivo era simple: desmantelar cualquier oposición política.
Este estilo de liderazgo autoritario sentó un precedente que influenció la política chilena por décadas. Aunque hayan pasado gobiernos de todo tipo, la huella de Ibáñez se ve en leyes que han servido para limitar la participación política y el debate público, como la Ley de Defensa a la Democracia (1948) o la Ley de Seguridad del Estado (1958).
Para quienes critican la exclusión de Jadue, esta decisión no es solo un caso aislado, sino que es parte de una herencia histórica. Argumentan que se trata de una táctica que, al igual que en el pasado, busca desarticular a un sector político y condicionar los resultados electorales. La polémica está servida: ¿Estamos presenciando una nueva manifestación de esta «lógica ibañista»?