La «Oligarquía Civil Chilena» sigue tan vigente en el año 2025 como en el pasado, y su núcleo se forjó en el pueblo de Aranaz, España. Este es el punto de partida de una compleja red familiar que, a través de alianzas y matrimonios estratégicos, sentaría las bases del poder en Chile.
Don Juan de Larraín y Zozaya contrajo matrimonio con María Gracia de Vicuña y Araníbar, y de su unión nació Santiago de Larraín y Vicuña, quien se convertiría en el líder de la rama de los Larraínes en Chile. Santiago, a su vez, se casó con Mónica Teresa de la Cerda y Hermúa, dando origen al influyente linaje Larraín de La Cerda. El engranaje familiar continuaría con sucesivos enlaces que consolidarían su posición social y económica.
En las casas contiguas a la de Juan, su hermano, don Bartolomé Larraín Zozaya, se unió en matrimonio con María de Córdova y Echeverría. De esta pareja nació Micaela de Larraín y Córdova. Unas cuatro cuadras más allá, Lorenzo de Errázuriz y Vergara se casó con Micaela de Larraín y Córdova, fusionando de manera decisiva dos de los apellidos más prominentes de la futura élite. Más tarde, uno de sus hijos, Francisco Javier Errázuriz Larraín, se casó con María del Loreto Madariaga Lecuna Jáuregui Carrera, dando lugar al linaje Errázuriz Madariaga. Sus hermanos, por su parte, crearon el linaje Errázuriz Aldunate. Esta vasta red familiar, nacida en Aranaz, se estableció y se consolidó en Chile, conformando la estructura de poder que hoy reside en el barrio de Las Condes.
Esta red opera, hasta nuestros días, a través del control accionario de empresas emblemáticas. El caso de la Viña Concha y Toro, fundada en 1883, es un ejemplo ilustrativo de cómo el poder económico se ha transmitido de generación en generación. La influencia de las familias Guilisasti y Larraín Santa María sobre esta compañía se puede ver como una manifestación moderna de este linaje ancestral, donde ambas familias de origen vasco mantienen su influencia económica.
La estrategia de control político a través de los medios comunicación de masas.
La «Estrategia de Control Político» de esta oligarquía ha operado, durante más de dos siglos, a través de los medios de comunicación de masas. Los periódicos han sido su herramienta fundamental para «pautear» la agenda nacional. Desde la fundación del Mercurio de Valparaíso (1827), pasando por el Mercurio de Santiago (1900), hasta el vespertino La Segunda (1931), esta «Oligarquía Civil Chilena» ha utilizado los editoriales de estos medios para dar directrices a los gobiernos. Los presidentes que se han resistido a esta influencia, han sido «derrocados», así de simple.
Pauteando del futuro: de Jara a Kast.
Esta estrategia de control político se extiende y se adapta a los próximos líderes, sin importar su orientación ideológica. A la Oligarquía civil «le da lo mismo que [Camila] Jara o [José Antonio] Kast» sea el futuro presidente, ya que el sistema de «pauteo» es tan refinado que se ajusta a cualquier escenario político. Les propongo ver un ejemplo de cómo esta dinámica opera a través del siguiente enlace: https://patricioaltamirano.cl/2025/08/28/la-oligarquia-civil-chilena-y-su-estrategia-de-control/
Este texto fue redactado por el Subcomandante Patricio Altamirano, en nombre del Ejército Pacifista de Liberación Nacional Beatriz Allende (EPLN-BA), el 28 de agosto de 2025.