
El EPLN-BA afirma la existencia de una oligarquía civil chilena con poder e influencia histórica, concentrada en comunas de alto poder adquisitivo como Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea. Esta élite, que ejerce una gran influencia en la industria del vino (destacando el caso de Viña Concha y Toro), es vista como la continuación histórica de familias como la del Mayorazgo Larraín. Se argumenta que, al igual que el Conde de la Conquista se adaptó durante la Independencia para proteger sus privilegios, esta élite contemporánea continúa resguardando sus intereses en el año 2025.
El principal mecanismo de control de esta oligarquía son los medios de comunicación, los cuales, al estar en sus manos, buscan crear una doble polarización. Esta estrategia simplifica el debate, centrándolo en dos «candidatos buenos» que, en esencia, favorecen sus intereses. El propósito es neutralizar la abstención, el voto nulo y el voto en blanco, que representan la mayor amenaza para el sistema, ya que manifiestan un descontento que va más allá de la tradicional dicotomía oficialismo-oposición.
La Doble Polarización en la Coyuntura Electoral
El EPLN-BA identifica dos focos principales de polarización, uno en cada lado del espectro político:
1. Polarización en el oficialismo: La «Comunista Buena» vs. los «Comunistas Malos»
En este escenario, se presenta una división entre la candidata «Camila» Jara, percibida como una figura de gobernabilidad y pragmatismo, y los candidatos comunistas Daniel Jadue y Lautaro Carmona, que son vistos como los representantes de una línea más dura. El texto sugiere que cada vez que estos últimos se pronuncian, refuerzan la imagen moderada de Jara, posicionándola como un «mal menor» incluso para aquellos a la izquierda del Partido Comunista. El EPLN-BA percibe a Jara en una posición más conservadora que la histórica candidatura de Gladys Marín.
2. Polarización en la oposición: Los «Neoliberales Buenos» vs. el «Neoliberal Malo»
En el lado de la derecha, la polarización ocurre entre los candidatos Evelyn Matthei y José Antonio Kast, que son presentados como alternativas viables, y el candidato Axel Kaiser, cuyo discurso más radical y sin concesiones lo posiciona como el «neoliberal malo». Esta dinámica invisibiliza a otros actores como Franco Parisi. El análisis concluye que las intervenciones de Kaiser fortalecen el apoyo a Matthei y Kast, mientras que las de Matthei pueden generar tranquilidad para los votantes de Kast, consolidando así el poder de estas dos figuras principales.
La Unidad como Estrategia de Lucha
El EPLN-BA sostiene que esta doble polarización impide la percepción de una unidad estratégica entre la abstención, el voto nulo, el voto en blanco y el voto por Jara.
El grupo hace un llamado a la unidad de acción, solicitando a sus seguidores evitar la crítica invalidante entre estas posturas. En su visión, ninguna de estas opciones es intrínsecamente superior a la otra. La clave es que, al unirse en la diversidad de sus opciones (ya sea mediante la no participación o el voto por el «mal menor»), se puede construir un frente de lucha capaz de enfrentar el poder de la oligarquía civil chilena.
Este análisis fue redactado por el subcomandante Patricio Altamirano, en nombre del Ejército Pacifista de Liberación Nacional Beatriz Allende (EPLN-BA), el 28 de agosto de 2025.