Las candidaturas de Kast y Kaiser: ¿Un efecto no deseado de la Contraloría?

Por Patricio Altamirano Arancibia Santiago de Chile, 03 de agosto de 2025

La reciente fiscalización de la Contraloría General de la República sobre figuras de la coalición Chile Vamos, si bien responde a su mandato constitucional, ha tenido un impacto político innegable: ha erosionado la confianza en la derecha tradicional y creado un ambiente propicio para el ascenso de candidaturas más radicales, como las de José Antonio Kast y Johannes Kaiser. Esta situación invita a una profunda reflexión sobre la herencia histórica de la Contraloría y el rol que juega en la reconfiguración del panorama político chileno.

La Contraloría y la lógica ibañista de «depuración»

Para comprender el rol actual de la Contraloría, es fundamental mirar a su origen en 1927, bajo el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo. En ese contexto, el régimen parlamentario chileno, dominado por los partidos de la oligarquía, era percibido como corrupto y abusivo. Ibáñez, con el apoyo de las Fuerzas Armadas, se propuso «sanear» el Estado.

Para cumplir con este objetivo, Ibáñez creó instituciones clave como Carabineros de Chile y la Contraloría General de la República. Esta última no era simplemente un organismo técnico; fue diseñada como un brazo ejecutor de una política de «depuración» contra la corrupción de la élite tradicional. La Contraloría se convirtió en el principal fiscalizador de la administración pública, con la misión de velar por la legalidad y la probidad, buscando desmantelar las redes clientelares y el «compadrazgo político» que caracterizaba a la oligarquía.

El paralelismo con la gestión de Jorge Bermúdez y Dorothy Pérez

Bajo la dirección de Jorge Bermúdez y Dorothy Pérez, la Contraloría parece haber recuperado este perfil más proactivo e intervencionista, volviendo a sus raíces ibañistas. Si bien su gestión es autónoma y busca el estricto cumplimiento de la ley, el efecto político de sus acciones es inevitable. A través de auditorías rigurosas y dictámenes contundentes, ha puesto en jaque la gestión de exalcaldes y figuras de Chile Vamos.

Ejemplos recientes de esta fiscalización incluyen los casos de:

  • Cathy Barriga, exalcaldesa de Maipú, investigada por fraude al fisco.
  • Raúl Torrealba, exalcalde de Vitacura, imputado por fraude y malversación.
  • El «Caso Audios» de Luis Hermosilla, que ha expuesto vínculos con figuras políticas de la coalición.
  • Otros exalcaldes como Virginia Reginato, Rodolfo Carter y Felipe Alessandri, que han sido objeto de fiscalizaciones y cuestionamientos administrativos.

El efecto electoral: el ascenso de Kast y Kaiser

Esta intensificación de la fiscalización tiene un impacto directo en la política: la ciudadanía observa cómo los representantes de la derecha tradicional son objeto de graves acusaciones y cuestionamientos. Esto erosiona la credibilidad de Chile Vamos y genera un vacío de confianza.

Es en este escenario donde figuras como José Antonio Kast y Johannes Kaiser, que se presentan como «outsiders» del sistema y enarbolan un discurso de mano dura y anticorrupción, capitalizan el descontento. Su retórica, que promete «limpiar» el sistema y restaurar el orden, resuena con una base electoral frustrada por la corrupción. En este sentido, la Contraloría, al «depurar» a la derecha tradicional, indirectamente crea las condiciones para que una derecha más radical y «anti-sistema» prospere.

Las candidaturas de Kast y Kaiser no son un plan orquestado por la Contraloría, pero sí son el efecto político natural de una institución que ha decidido volver a sus raíces ibañistas, actuando como un árbitro moral del Estado y afectando, inevitablemente, el equilibrio de poder en la política chilena.

Puntos para el debate

  • El rol de la Contraloría: ¿Debe un organismo técnico tener un impacto político tan significativo, o su función debe ser estrictamente administrativa? ¿Cómo se equilibra la independencia de la Contraloría con sus efectos políticos?
  • La «nueva derecha»: ¿Son realmente Kast y Kaiser una manifestación moderna del ibañismo, o son simplemente populistas que se aprovechan de la frustración ciudadana? ¿Qué tan profundo es su discurso «anticorrupción»?
  • La responsabilidad de la derecha tradicional: ¿En qué medida la corrupción de figuras de Chile Vamos es la principal causa de su propio declive, o es la Contraloría quien está acelerando este proceso?
  • La democracia en riesgo: ¿Es beneficioso para la democracia que la «depuración» de un sector político fortalezca a otro con tendencias más autoritarias? ¿Qué tan cerca estamos de un escenario donde la desconfianza en las instituciones tradicionales se vuelva inmanejable?

Opina. Comenta. Debata.

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